viernes, 5 de noviembre de 2010

MARCO HISTÓRICO

La lectura y la escritura forman parte de las grandes conquistas culturales de la humanidad. Especialistas como Jordi Adell y Alberto Manguel, entre otros, han señalado con claridad algunos de los grandes hitos alcanzados por el ser humano en este campo, por lo que basaremos el desarrollo del presente artículo en sus importantes precisiones.

La aparición del lenguaje: El primer gran hito fue la aparición del lenguaje, hace ya varios cientos de miles de años, cuando se codificó el pensamiento por medio de sonidos producidos por las cuerdas vocales y la laringe y se creó el lenguaje oral. Esto permitió la referencia a objetos no presentes y la expresión de estados internos de la conciencia. La oralidad proporcionó una nueva dimensión a la interacción humana al convertir el pensamiento en una mercancía social. La cognición humana se hizo pública y se almacenó en los cerebros. Se pudo estructurar el pensamiento y transmitirlo a otras personas.

La aparición de la escritura: El segundo gran hito se dio después de quinientos mil años de cultura oral (entre el 30 000 al 10 000 antes de la Era Cristiana) y consistió en la aparición de la escritura (creación de signos gráficos para expresar gráficamente la lengua); pero parece ser que fue solo 3 500 años antes de nuestra era, cuando efectivamente se empezó a utilizar de manera sistemática la escritura. Manguel afirma que “hacia finales del cuarto milenio a. C., los habitantes de las nuevas ciudades de la Mesopotamia oriental inventaron un arte que cambiaría para siempre la naturaleza de la comunicación entre los seres humanos: el arte de escribir”. En el segundo milenio a. C. la escritura mesopotámica había pasado de pictográfica (representación de objetos) a cuneiforme (signos con forma de cuña que representaban sonidos en lugar de objetos).

La palabra escrita permitió la independencia de la información respecto al tiempo y al espacio. El discurso se hizo más reflexivo y estructurado. Se estabilizó, se despersonalizó y se objetivó el conocimiento; gracias a esto, las artes y las ciencias encontraron un instrumento fiable para su evolución y desarrollo. La alfabetización generó la creación de escuelas, las primeras de las cuales datan de hace dos mil años antes de nuestra era, que se localizaron en Sumeria, y tenían por objetivo la enseñanza de la escritura cuneiforme a la clase social privilegiada de los escribas.


Existen varios métodos de enseñanza de la lectura; los más relevantes son los siguientes:
El método fónico se basa en el principio alfabético, el cual implica la asociación más o menos directa entre fonemas y grafemas. Este método, cuya aplicación debe ser lo más temprana posible, comprende una enseñanza explícita de este principio, con especial atención a las relaciones más problemáticas y yendo de las vocales a las consonantes.
El fundamento teórico de este método es que una vez comprendida esta sistemática el niño está capacitado para entender cualquier palabra que se le presente.
Esta dirección del aprendizaje, primero la técnica y luego el significado, es la que más críticas suele suscitar, en tanto se arguye que es poco estimulante retrasar lo más importante de la lectura, la comprensión de lo que se lee. El método, obviamente sólo útil en lenguas con sistema de escritura alfabético, plantea problemas en algunas de éstas, donde la relación fonema/letra no es ni mucho menos unidireccional.
El método global, por su parte, considera que la atención debe centrarse en las palabras pues son las unidades que tienen significado, que es al final el objetivo de la lectura. Lógicamente, este método se basa en la memorización inicial de una serie de palabras que sirven como base para la creación de los primeros enunciados; posteriormente, el significado de otras palabras se reconoce con la ayuda de apoyo contextual (dibujos, conocimientos previos, entre otros). De hecho, un aspecto básico de este método es la convicción de que el significado de un enunciado no exige el conocimiento individual de todas las palabras que lo componen, sino que es un resultado global de la lectura realizada que, a su vez, termina por asignar un significado a aquellas palabras antes desconocidas.
El método constructivista, basado en la obra de Jean Piaget, plantea la enseñanza de la lectura a partir de las hipótesis implícitas que el niño desarrolla acerca del aspecto fonológico; esto es, un niño en su aprendizaje normal de la lengua escrita termina por desarrollar naturalmente ideas sobre la escritura, en el sentido de advertir, por ejemplo, que no es lo mismo que los dibujos y llegando a establecer relaciones entre lo oral y lo escrito.

La comprensión de lectura tiene mayor peso dentro del contexto de los ejercicios del razonamiento y tiene como objetivo desarrollar la habilidad para leer en forma analítica; constituye uno de los objetivos básicos de los nuevos enfoques de la enseñanza.
Los ejercicios de comprensión de lectura miden:
La capacidad para reconocer el significado de una palabra o frase en el contexto de las demás ideas;
La habilidad para entender e identificar lo fundamental de la lectura;
La habilidad para identificar las relaciones entre las ideas para realizar el análisis y síntesis de la información.
Dado que la lectura interviene en la adquisición de múltiples tipos de conocimiento, existen diversos tipos de prueba de lectura, que varían de acuerdo con lo que se pretenda evaluar y si se aplican en niños o en adultos. Las pruebas estándar se deben emplear sobre una muestra grande de lectores, con lo cual quien las interpreta puede determinar lo que es típico para un individuo de determinada edad. La competencia lectora depende de muchos factores, además de la inteligencia.
Los tipos comunes de prueba de lectura son:
Lectura visual de palabras. Se emplean palabras incrementando la dificultad hasta que el lector no puede leer o entender lo que se le presenta. El nivel de dificultad se manipula con una mayor cantidad de letras o sílabas, usando palabras menos comunes o con relaciones fonético-fonológicas complejas.
Lectura de "no palabras". Se emplean listas de sílabas pronunciables pero sin sentido que deben ser leídas en voz alta. El incremento de la dificultad se logra mediante secuencias más largas.
Lectura de comprensión. Se presenta al lector un texto o pasaje del mismo que puede ser leído en silencio o en voz alta. Luego se plantean preguntas relacionadas para evaluar qué se ha comprendido.
Fluidez de lectura.- Se evalúa la velocidad con la que el individuo puede nombrar palabras.
Precisión de lectura. Se evalúa la habilidad de nombrar correctamente las palabras de una página.
Algunas pruebas incorporan varios de los tipos anteriores, por ejemplo, la prueba de lectura Nelson-Danny mide tanto la velocidad con la que se puede leer un determinado pasaje como la habilidad para luego responder preguntas sobre él.
La fisiología permite comprender la capacidad humana de leer desde el punto de vista biológico, gracias al estudio del ojo humano, el campo de visión y la capacidad de fijar la vista.
La psicología ayuda a definir el proceso mental que se lleva a cabo durante la lectura, ya sea en la fase de decodificación de caracteres, símbolos e imágenes, o en la fase de asociación de la visualización con la palabra. Los procesos psicológicos de la lectura fueron estudiados por primera vez a fines del siglo XIX
La pedagogía clínica se ocupa de los aspectos educativos en cuanto al proceso enseñanza-aprendizaje de la lectoescritura, de los disturbios específicos de la lectura, y las habilidades necesarias para una lectura eficaz.

El proceso mediante el cual leemos consta de cuatro pasos:
1. La visualización. Cuando leemos no deslizamos de manera continua la mirada sobre las palabras, sino que realizamos un proceso discontinuo: cada palabra absorbe la fijación ocular durante unos 200-250 milisegundos y en apenas 30 milisegundos se salta a la siguiente, en lo que se conoce como movimiento sacádico. La velocidad de desplazamiento es relativamente constante entre unos y otros individuos, pero mientras un lector lento enfoca entre cinco y diez letras por vez, un lector habitual puede enfocar aproximadamente una veintena de letras; también influye en la velocidad lectora el trabajo de identificación de las palabras en cuestión, que varía en relación a su conocimiento por parte del lector o no.
2.La fonación. Articulación oral consciente o inconsciente, se podría decir que la información pasa de la vista al habla. Es en esta etapa en la que pueden darse la vocalización y su vocalización de la lectura. La lectura su vocalizada puede llegar a ser un mal hábito que entorpece la lectura y la comprensión, pero puede ser fundamental para la comprensión de lectura de materiales como la poesía o las transcripciones de discursos orales.
3. La audición. La información pasa del habla al oído (la sonorización introauditiva es generalmente inconsciente).
4.La cerebración. La información pasa del oído al cerebro y se integran los elementos que van llegando separados. Con esta etapa culmina el proceso de comprensión.
Técnicas convencionales
Entre las técnicas convencionales, que persiguen maximizar la comprensión, se encuentran la lectura secuencial, la lectura intensiva y la lectura puntual.
Lectura secuencial
La lectura secuencial es la forma común de leer un texto. El lector lee en su tiempo individual desde el principio al fin sin repeticiones u omisiones.
Lectura intensiva
El destino de la lectura intensiva es comprender el texto completo y analizar las intenciones del autor. No es un cambio de técnica solo de la actitud del lector: no se identifica con el texto o sus protagonistas pero analiza el contenido, la lengua y la forma de argumentación del autor neutralmente.
Lectura puntual
Al leer un texto puntual el lector solamente lee los pasajes que le interesan. Esta técnica sirve para absorber mucha información en poco tiempo.
A partir del siglo XVIII, comienza la lectura intensiva, ésta era reservada solo para unos pocos (monjes y estudiantes de las universidades y academias). Esta modalidad se basaba en leer obras por completo, hasta que quedaran grabadas en la memoria. El lector reconstruye el libro y el sentido.
Entre ellas, la lectura de comprensión es probablemente el proceso más importante, ya que es la que motiva la lectura cotidiana de la mayor parte de la gente. En cambio, la lectura veloz es útil para procesar superficialmente grandes cantidades de texto, pero está por debajo del nivel de comprensión.
Las sugerencias para la elección de una determinada velocidad de lectura deben incluir la flexibilidad; la lectura reiterada de partes del texto cuando hay varios conceptos relativamente juntos o cuando el material no es familiar al lector y la aceleración cuando es un material familiar o presenta pocos conceptos.
Entre las técnicas de lectura que buscan mejorar la velocidad están la lectura diagonal, el Scanning, SpeedReading y PhotoReading5.
En lectura diagonal el lector solamente lee los pasajes especiales de un texto, como títulos, la primera frase de un párrafo, palabras acentuadas tipográficamente (negrito, cursivo), párrafos importantes (resumen, conclusión) y el entorno de términos importantes como fórmulas («2x+3=5»), listas («primer», «segundo»), conclusiones («por eso») y términos técnicos («costos fijos»). Se llama lectura diagonal porque la mirada se mueve rápidamente de la esquina de izquierda y arriba a la esquina de derecha y abajo. De ese modo es posible leer un texto muy rápido a expensas de detalles y comprensión del estilo. Esta técnica es usada especialmente al leer páginas web (hipertexto)

Escaneo

Scanning es una técnica para buscar términos individuales en un texto, basada en la teoría de identificación de palabras comparando sus imágenes. El lector se imagina la palabra en el estilo de fuente del texto y después mueve la mirada rápidamente sobre el texto.
Historia de la lectura velos: El uso de técnicas para lectura veloz comenzó a desarrollarse a principios del siglo XX, cuando el volumen de la información escrita había aumentado considerablemente y debía estar al alcance de mayor número de personas.
Durante la Primera Guerra Mundial muchos pilotos perdían segundos vitales durante combate al tratar de distinguir si el avión que se aproximaba era del bando propio o del enemigo. En respuesta a ello se ideó el llamado "método taquitoscópico", que consistía en mostrar aviones en una pantalla durante pocos segundos para adiestrar a los pilotos a distinguirlos. Gradualmente se aumentaba la cantidad de imágenes que se proyectaban cada vez y se reducía el tiempo de exposición. Esta idea fue tomada por los primeros cursos de lectura veloz, proyectando cada vez más palabras en una pantalla y reduciendo progresivamente el tiempo de exposición. Sin embargo, si se usa solamente este método, las personas tiende a volver a su velocidad de lectura habitual, ya que en realidad no se ha desarrollado una nueva habilidad lectora. El incremento en la velocidad de lectura observado en los soldados que emplearon el método taquitoscópico se debió probablemente a la motivación.
Tiempo después, en los años sesenta, se descubrió que con un entrenamiento adecuado los ojos aprenden a moverse más rápido, con lo cual aumenta la cantidad de palabras que es posible decodificar cada minuto.
Las técnicas modernas de lectura veloz se enfocan en la "captación dinámica", es decir, pretenden llegar a una lectura mental directa que permita ahorrar el tiempo de los pasos 2 y 3 (La vocalización y la audición) del proceso lector descrito arriba, ya que no se puede hablar o escuchar más de 100 palabras por minuto. Para ello procuran la visualización global de varias palabras o frases enteras. No obstante, los estudios de comprensión lectora hacen ver que la lectura veloz, ya sea informativa o de exploración, es útil para procesar gran cantidad de información en poco tiempo, pero inadecuada como hábito de estudio.
La técnica de Lectura veloz
La técnica conocida como SpeedReading (o lectura veloz) combina muchos aspectos diferentes para leer más rápido. En general es similar a la lectura diagonal pero incluye otros factores como concentración y ejercicios para los ojos.
Algunos críticos que esta técnica solamente es la lectura diagonal con nombre diferente, combinado con factores conocidos por sentido común. No hay prueba que ejercicios para los ojos mejoran la percepción visual. No es necesario pagar seminarios para saber que concentración e iluminación buena son imprescindibles para leer rápido.
Algunos consideran que se trata de una técnica para ejercitar la concentración durante la lectura, lo que permite reducir considerablemente el tiempo de absorción de la información. Muchos han desarrollado la capacidad de lectura veloz por sus propios medios, y coinciden en que la única clave es la concentración. r Paul R. Scheele, el lector lee una página en total. Al principio gana una idea general del texto usando lectura diagonal para leer índice, títulos y párrafos especiales como el texto en el revés de un libro. Después mira las páginas una por una, se detiene unos segundos con mirada no enfocada, en un estado mental muy relajado. Después de leer una página así «activa» el contenido del texto cerrando los ojos y dando rienda suelta a los pensamientos. Se compara la técnica con la memoria eidética. Porque experimentos demostraron que lectores no extraen información de pasajes no enfocados. Sospechan que la información obtenida por PhotoReading viene de la lectura diagonal y de la imaginación del lector. Pero aunque fuera muy fácil verificar la técnica, no existen experimentos haciéndolo.


















1 comentario:

  1. interesante, sin embargo faltaron las referencia de la fuente de información con APA

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